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sábado, 5 de octubre de 2013

Entrevista a Sofia Cricchio Part 1

 
 
 
El destí ens dona, a vegades, l’oportunitat de conèixer persones que ens donen energia i valor per a seguir.  Jo vaig tenir l’oportunitat de veure l’exhibició de dança del ventre de les alumnes de la Sofía i aquella dança em va transportar als meus records de Turquia, i em va inspirar tant que vaig pensar que tenia que conèixer la persona que havia fet possible que aquella energia em ressorgís.
 
Uns dies després,
 
vaig parlar amb ella i em va rebre  amb el seu meravellós somriure a Sta Maria de Vallferosa, el lloc on ella ara viu amb el seu company Renatto.  No sols hi viu sinó que desenvolupen un treball de reconstrucció de la casa, realitzen tallers, i tenen un hort preciós del que parlarem a la entrevista.
Per a mi va ser una experiència única conèixer-la ja que es una persona amb molta saviesa i energia que d’una manera molt senzilla t’explica el seu punt de vista i la forma amb que ella ajuda els altres.
Sta Maria per a mi ja és un lloc especial, perquè he passat moments de la meva infància i va ser màgic tornar-hi ara i veure com algú s’ho estima i li torna la vida.
L’entrevista amb ella va ser molt especial, em va preparar un té verd a la menta deliciós i sota l’ombra de les alzineres em va explicar tot això: 

 
 Sofía Giovanna Cricchio  (Italia 1978)
-          Psicologa Clínica, llicenciada en la “Sapienza”, de Roma.
-          Formada en Holisme Integral certificada pel Centre de Creixement personal i  Escola d’Estudis Integrals  Estel de Barcelona.
-          Professora de dança del ventre conscient certificada per l’escola de dança oriental “Sarabi”de Barcelona.
-          Consteladora Familiar, certificada per l’Institut Gestalt de Barcelona.
 
 
 
 
Sofía, ¿que entendemos por psicología holística? ¿Por qué has decidido enfocar la psicología des de este punto de vista?
          Mi formación académica es clínica, pero al acabar la carrera, sentía como una inquietud, un impulso a abrirme a diferentes niveles hablando del ser humano, no solo a nivel mental; me comenzó a interesar el nivel corporal, qué pasaba en nuestro cuerpo en relación a nuestra mente y así también nuestras emociones. Fui haciendo experiencias con el teatro, con la danza, que me ayudaron a sentir el cuerpo, que me ayudaron a también saber cómo me sentía en relación a mi cuerpo; Y con el tiempo también empezaron a salir preguntas a nivel espiritual, el yo, el sentido de la vida, mi relación con el universo, el alma, y así fui haciendo experiencias que me ayudaron a acercarme a esta parte más espiritual, y con el tiempo fui integrando todos estos aspectos, la parte clínica, la parte social, emocional, corporal, espiritual.
Cuando trabajamos con todos los niveles del ser humano, hablamos de holismo, que viene del griego antiguo “holos” que significa todo, es incluir todo, porque el ser humano no es solamente cuerpo o mente, és mente-espíritu-emociones y es parte de un sistema que es la familia, y de una gran familia que es el planeta.
 
Para mí la psicología holística es como un volver a la raíces ya que proviene del griego “psykhé”, volver a la esencia del ser humano como parte de un sistema complejo, y es importante conocer sus diferentes facetas. Como psicóloga, mi forma de trabajar es acompañar a la persona a que tome en cuenta todas estas dimensiones, puede ser difícil al principio, pero solo consiste en relajarse y empezar a conocerse como ser humano que eres.
¿Cómo las terapias o actividades que se aplican pueden ayudar en momentos difíciles de la vida?
      Las sesiones que propongo, como la danza de vientre consciente ayudan a las mujeres a conocerse mejor, a conocer otros aspectos de sí mismas como el que significa ser mujer. Entonces, estas sesiones incluyen la parte corporal pero desde un punto de vista consciente, sagrado, como reconocer que nuestro cuerpo es un regalo precioso que tenemos que valorar, respetar, y que sea un proceso de auto-conocimiento lleno de alegría, porque de repente descubres que tienes muchas posibilidades.
A veces, vemos ciertas cosas como problemas, si tú cambias la percepción, si tu visión se hace más amplia, si te abres a experiencias nuevas que te sorprenden, de repente, lo ves des de una nueva forma. En realidad, no hay que esperar que lo de fuera cambie, porque esto es muy difícil de controlar, debemos poner energía en nosotros mismos, en recuperar la fuerza, energía, autoestima, para poder enfrentar todo lo que la vida nos trae.
 Para mí la terapia holística da la posibilidad de ver que somos personas llenas de energía, fuerza y riqueza, que no es verdad que la vida es dolor, dura, es verdad que hay problemas muy difíciles, guerras en algunos países, pero eso ya sería otro tipo de terapia, en nuestro contexto hay muchas cosas que nuestros ojos no pueden ver y por esos somos incapaces de vivir la vida tal como es.
 
Mi objetivo en estas terapias es ayudar a abrir la visión, después cada uno somos  los protagonistas, cada uno elige si queremos ver o si queremos continuar a vivir en un sueño.

 

¿Cómo la danza del vientre ha influido en tu vida y cuál crees que es el mecanismo por el cual nos hace sentir mejor?
       Es muy importante que no dejemos de hacer lo que nos hace feliz, lo que nos gusta, aunque sea algo muy diferente a lo que hacemos a diario. 
Esto fue un poco lo que me pasó a mí, estaba estudiando psicología, pero siempre he tenido pasión por la danza y sentí que la danza del vientre era algo más, que no era solamente un baile provocador, sensual, para hacer  espectáculo, incluso sexual, sentí que tenía algo más profundo. Entonces, estuve practicando y me di cuenta que me daba mucha alegría, fuerza, me permitía sentirme más ligera, tanto físicamente como a nivel mental, porque todo va unido, como decíamos antes.
Ha sido una danza que me ha acompañado durante muchos años, y como dije en voz alta al universo: es algo que no dejaré nunca. Las aficiones se van transformando en la manera en que la vives, pero sé que para mí ha sido un regalo divino, una herramienta para vivir más feliz y completa. Cada uno tiene la suya en esta batalla del amor, que es la vida.
Para mí es una compañera de vida que al final también se ha transformado en mi trabajo y al compartir con las mujeres ese día a día, también he ido moldeando el método de trabajo según las respuesta de las mujeres y los estudios que sigo haciendo. Es un método terapéutico-creativo que va creciendo con el tiempo, es vivo y dinámico.

 
 
¿Qué piensas de otras terapias como las convencionales, incluso la farmacología usada en ciertos casos para algunos trastornos o situaciones difíciles?
      No voy a juzgar negativamente si una persona que sufre un trastorno o una situación difícil se ha sentido con la necesidad de apoyarse a un fármaco, porque si en ese momento le está ayudando a vivir y a poder relacionarse, está bien. Lo importante es que no sea para toda la vida, es importante que si la persona se apoya en el fármaco, al mismo tiempo haga un trabajo personal, que no sea solo ir al psiquiatra una vez al mes, sino  más bien hacer un trabajo de conciencia para evolucionar e ir dejando los fármacos poco a poco.
También hay que decir que las multinacionales farmacéuticas son de las más potentes en el mundo, está claro que hay muchos intereses comerciales, los fármacos más vendidos son aquellos para adelgazar seguidos por los ansiolíticos, porque obviamente dónde más se venden son en los países ricos. Entonces, por eso creo que podríamos irnos acostumbrando a buscar en la naturaleza lo que necesitamos, para ser libres de manipulaciones e intereses ajenos. La naturaleza nos brinda muchas posibilidades, entonces lo que está sucediendo en el mundo, nos dice eso, volver a la tierra, a las raíces, con una nueva conciencia.
La medicina también está evolucionando y cambiando, lo científico también se une a lo espiritual como la física cuántica. Pero hay mucha resistencia, porque a veces pensamos que es mejor lo viejo conocido. La enfermedad a veces es una oportunidad  para avanzar, es un mensaje que hay que descodificar, por eso invitaría a que antes de correr a buscar un fármaco seria útil escuchar que nos dice nuestro cuerpo y a probar otras alternativas. Sin embargo, cada persona tiene su forma de ver el mundo, y no estoy contra nada en especial, cada uno tiene su ritmo.
 


Cambiando de tema un poco leí un poco sobre tu experiencia en Guatemala, ¿Qué significo para ti? ¿Qué cambio en tu vida?
      Para mí, la experiencia en Guatemala, fue como se dice un antes y un después.
Estaba en la universidad, ya un poco aburrida porque había sido un poco desilusión, estábamos estudiando, biología, estadística, etc. y yo decía “quiero hacer algo más”, y conocí un profesor de psicología evolutiva que había fundado un “Movimiento de jóvenes de la calle” en Ciudad de Guatemala, su nombre es Gerard Lutte. El “Movimiento de jóvenes de la calle” está creado según la pedagogía de la liberación, una educación libre, que ayuda a los jóvenes a ser protagonistas, no hay educadores, sino más bien acompañantes. El Movimiento ayuda a que estos jóvenes utilicen sus mismos recursos que les han servido para sobrevivir en la calle para crear algo bueno para ellos mismos, algo sano y creativo. Tal organización ayuda a los jóvenes de la calle que quieren hacer un proceso de salida de la calle, no es un trabajo dónde se exige a los jóvenes que dejen las drogas, sino más bien se les proponen alternativas, y que poco a poco lo vayan haciendo con su voluntad ya que son jóvenes autónomos que hace muchos años que se han ido de sus casas por decisión propia, por circunstancias de violencia o pobreza.
Estuve allí varias veces, la última vez estuve trabajando el Movimiento casi dos años.  Para mí ha sido una experiencia muy fuerte, ya que me di cuenta como adulta que no tenía que ser tan directiva como me había acostumbrado a ser, aprendí a dar la palabra a los jóvenes, a escucharlos, era una manera diferente de acompañar. También me di cuenta como el patrón de la educación convencional nos ha marcado. Estábamos acostumbrados des de pequeños que había que callar y escuchar siempre a los mayores, pero hay que darse cuenta que los niños y las niñas tienen mucha sabiduría y tenemos mucho que aprender de ellos.
Después otro aspecto que fue muy fuerte para mí, fue descubrir esta realidad de marginación, de pobreza, droga, de mucha desesperación, yo tenía veinte años la primera vez que fui, y fue un shock. Lloré mucho, y me dio mucha rabia, pero también veía que las jóvenes de la calle luchaban, reían, ponían música y cuanto el arte les hacía feliz y entonces esto me animaba, eran tan fuertes las ganas de vivir que no podía dejarme vencer por el  dolor, aprendí de ellas y ellos.
También fue un descubrimiento a nivel cultural, Guatemala es uno de los países dónde hay más presencia de gente indígena, 70% de la población. Su forma de vestir, sus rasgos, son  maya, para mí fue fascinante, ver esta realidad completamente diferente de Europa.
Ha sido para mí una experiencia que me ha dado la oportunidad de conocer, de evolucionar que siempre tendré en mi corazón, así también tengo en mi corazón mi profesor Gerard Lutte, que tiene 80 años y sigue viajando a Guatemala, luchando con y por  las/los jóvenes, a quienes también deseo que puedan salir para siempre de las calles y tener así una vida digna.
 
¿Cómo crees que hay que actuar para estar en paz con uno mismo y así con los demás?
 
Yo creo que la clave realmente es esto: estar en paz, y para llegar a esto pienso que es muy importante mantener unos espacios de soledad, que no tengas siempre la necesidad de buscar a fuera, de ser complaciente, o buscar que los otros te aprueben. También poder estar en un espacio solo, sin necesitar nada, ni ordenadores, ni televisión, ni distracciones, poder respirar, reflexionar y hablar con esa persona ya cuando estas más calmado, desde tu sentir.
También, hay que intentar no dar la culpa al otro, sino intentar responsabilizarnos de alguna manera, si hay un conflicto con alguna persona, nos quiere dominar por ejemplo, podemos preguntarnos qué hacemos nosotros para que pase esto, igual es que no defendemos bien nuestra verdad, igual estamos siendo transigentes o igual debemos aprender a decir No en vez de decir siempre sí.  No intentar proyectar el problema en el otro, sino intentar resolver el problema desde uno mismo.
Es importante resolver los problemas de una forma simple y calmada para que esto no nos hagan demasiado daño, intentar no darle muchas vueltas y calmar nuestra mente, ya que la mente es todo y recibe todo como unas antenas de radio.
A veces, estamos muy preocupados por las guerras que ocurren, pero antes es importante terminar la guerra que tenemos con uno mismo, o bien con vecinos, padres, porque a partir de ahí ya empezaremos a emitir unos mensajes más positivos, más pacíficos.
Entonces, creo que debemos mantenernos en el centro, ya que si hay una rueda que gira y estás en los extremos, te empiezas a marear, pero si estas en el centro del remolino, no sientes tanto el mareo porque guardas tu energía. Experimentar el centro significa que nosotros experimentemos las emociones, y no que las emociones nos controlen, un ejemplo de lo que no debería ser: hoy estoy muy feliz porque hoy me ha ido muy bien los exámenes de la universidad o que soy muy guapa, y otro día me dice una persona que no me soporta, y me deprimo. Si uno está centrado, ya no tiene emociones tan extremas, y puedes vivir con más tranquilidad, y eso no significa que no tengas pasión en tu vida.
 
 
 
 
 
 

 

 
 

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